La tecnología informática ha impuesto una progresiva distancia entre la labor profesional del contador con los servicios de procesamientos y de apoyo informático para la preparación de información financiera.
Es así como la captura de transacciones y eventos en registros estructurados se ha hecho cada vez más automatizable, y su procesamiento interno es cada vez más invisible a los ojos de este profesional. También podemos encontrar en el otro extremo de la cadena de suministro de información a un usuario de ésta, cada vez más autónomo para modificar las vistas de la información dependiendo de su necesidad de tomar decisiones.
Es así como la captura de transacciones y eventos en registros estructurados se ha hecho cada vez más automatizable, y su procesamiento interno es cada vez más invisible a los ojos de este profesional. También podemos encontrar en el otro extremo de la cadena de suministro de información a un usuario de ésta, cada vez más autónomo para modificar las vistas de la información dependiendo de su necesidad de tomar decisiones.
El contador profesional se enfrenta a una necesidad de aceptar contratos de compilación de información financiera con sus servicios relacionados como codificación, digitación, automatización de captura, preparación de balances de pruebas (anexos de balance) para toma de decisión interna a nivel de cuentas. A este nivel de performance técnico-profesional nadie está esperando opinión profesional de contador y mucho menos de un contador público; y aquí el nivel de aseguramiento puede ser muy bajo. Es de aclarar que cuando se habla del balance de prueba no se pretende incluirlo dentro de la categoría de estados financieros básicos ni mucho menos de propósito general.
La esencia de los servicios a prestar por el contador público tiene que ver con expresar opinión profesional sobre estados financieros, ya sea si presentan la imagen fiel o razonable de la empresa; o si se aplicaron las normas que a su juicio se deben aplicar a nivel de medición, reconocimiento y presentación; asegurar si las cifras en ellos son tomadas de los libros, si se hicieron todas las revelaciones que se consideren importantes para la toma de decisión. Adicional a las opiniones y dictámenes el contador público debe afirmar que empleó normas de auditoría cuyos procedimientos de auditoría están siendo parte de un sistema de aseguramiento de calidad; así como si su actuación profesional goza de independencia y si él o su equipo de colaboradores gozan de idoneidad profesional.
Los estados financieros constituyen uno de los acuerdos más generales que ha hecho la sociedad para poder darle credibilidad a la información que sale de cualquier sistema contable, en la que los usuarios no están en principio en disposición de acceder por ellos mismos. El otro acuerdo social de gran impacto consiste en la credibilidad que se le da al profesional que prepara y opina sobre estos estados financieros.
Para poder aplicar normas de preparación de estados financieros o emitir juicios profesionales en ambientes globalizados el contador debe tener siempre la definición más claramente actualizada de cada uno de los elementos de los estados financieros, y también la habilidad para reconocerlos en las transacciones y eventos teniendo en cuenta los conceptos primordiales que les da la noción de ocurrencia (causación y empresa en marcha).
La noción de posición, de actividad y cambios que representa la información financiera, debe ser incluidas en unos estados financieros que se han aceptados para tales fines. Sin embargo, para ser presentadas en los estados financieros las transacciones y eventos deben ser medibles y guardar relación con algunos de los elementos de los estados financieros.
Pero poderse reconocer, representar y medir no es lo que hace útil a la información financiera. Para ello la información tiene que gozar de características cualitativas como ser entendible, y gozar de pertinencia, materialidad y fiabilidad.
La fiabilidad de la información, o sea su capacidad de representar ya sea fielmente o razonablemente las transacciones y eventos tiene que ver mucho con el juicio profesional del contador público que debe opinar sobre esta representación, o como está balanceada la representación de la sustancia sobre la forma en la información, o si se garantiza la neutralidad con miras a la toma de decisión, o si se le dio el tratamiento de la prudencia en su presentación.
Hasta aquí se supone que el contador profesional debe tener la competencia para cumplir con las normas de presentación de los estados financieros, ya sea para su presentación individual y para preparar su consolidación con otros entes cuando sea del caso.
A nivel de cada rubro de los diferentes elementos de los estados financieros se pueden presentar áreas grises que la sola aplicación de las normas supuestas en las explicaciones anteriores no son suficiente para hacer reconocimiento, medición, presentación, ya que se necesitan reglas que guíen al preparador para el tratamiento uniforme de transacciones y eventos.
La trasparencia y utilidad de la información para toma de decisiones le exigen a los preparadores de información financiera que se extiendan al arte narrativo de la revelación de información que sin poderse medir para reconocerse, se debe incluir en textos de extensión variable relacionados con cada elemento de los estados financieros.
Los reguladores y emisores de normas de nivel mundial SEC /FASB e EC/IASB están enfrascados en una competencia por la utilidad y calidad de sus normas, en busca de la preferencia de los inversores. El contador a nivel nacional debe estar expectante de los frutos de esa competencia para avanzar en su preparación de cara a la mejora de su perfil competitivo. Es muy notorio el creciente interés por el avance de las IFRS hacia un conjunto único de normas de información financiera de alta calidad y de aceptación mundial, pero poco interés se le está prestando fuera de USA a los pasos técnicos que está dando la FASB para reposicionar las US GAAP en el camino del liderazgo de normas contables.
La novedad más impactante alrededor de los US GAAP es la codificación de la antiquísima jerarquía de estándares contables que supone también una realineación de los contenidos para el apoyo de la actividad profesional, formativa e investigativa de los Contadores Públicos, ¡Cuidado IFRS! ¡Alerta Contador!
"La capacidad, la competencia y la conducta al trabajar sobre información financiera global"
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