En días pasados aparecieron dos entrevistas que
motivaron este artículo. Una es la que escribe Daniel Sarmiento, presidente de
la junta central de contadores. Otra, la respondida por el insigne y prolífico tratadista
colombiano Samuel Mantilla, a quien admiro mucho.
En estas dos entrevistas se insinúan reformas necesarias
para la Contaduría Pública que otros han pedido con exceso de inteligencia
emocional, utilizando el argumento
ad hominem, argumento ex concessio, argumento
ad personam. Pocos le han seguido el hilo al pensamiento
crítico que se atisba en estas entrevistas.
Primero
invito a estos dos distinguidos
colegas que definamos de que profesión estamos
hablando ¿Profesión contable? ¿Qué es eso?, ¿Profesión de Contaduría? ¿Cuál Profesión?
¿La que prepara declaraciones tributarias o la que vigila a la administración de
las empresas? ¿O la que erigen como científica, algunos programas de contaduría
delirante? ¿CONTADURIA PÚBLICA?
Samuel Mantilla ha propuesto claramente lo que se
debe entender “Contador Público” y lo ha propuesto que sea con énfasis en
Auditoría. ¡Aseguramiento Samuel! Esto es: Compilación, Revisión y Auditoría de
estados financieros….y…. por supuesto:
Control Interno sobre la información financiera.
Algunas de las dos propuestas puede ser ingenuamente vehículo del apetito burocrático o de la sed
de poder en un país notablemente injusto.
¿“Que es “La estructura de la administración
de la profesión contable”?
La Junta Central de Contadores para vigilar la
idoneidad de los Contadores Públicos necesita “magistrados” con mucha experiencia
profesional o producción académica en el “core business” de la profesión. Este “core business” del Contador Público está definido en la ley 43 de
1990: O gestiona Contabilidad, o Dictamina y Fiscaliza, o Asesora en temas de
su disciplina. ¿Con que calificación se les
permite hacer esto a los Contadores
Graduados en Colombia actualmente?
¿Tribunal disciplinario? ¡Qué miedo! Una unidad gremial debe ser la única
garantía de la vigilancia del comportamiento ético de sus asociados. La
justicia ordinaria debe enjuiciar a los contadores delincuentes.
El CTCP debe ser constituido por “sabios” (Proyecto
ley 1314, Gaviria, Simón) que sepan de teoría contable o por burócratas que se
dejen asesorar por los “sabios” que saben de teoría contable. ¡Ya les cuento!
Los programas de contaduría deben estar en
manos de quienes hagan o hayan hecho producción académica de calidad y que no
persigan a los académicos por no comulgar con sus teorías y posiciones.
La profesión debe dejar de practicar el canibalismo. Los colegas que llegan
al alto poder deben dejar de asustar a sus colegas con los “disciplinarios” y
con el examen que no sean capaces de soportar y presentar ellos.
PRIMERO: prueba de IDONEIDAD para todos a los que se le entregue la matrícula y comprobación
de experiencia para todos los graduados actuales en lo que dice la ley 43 (“core business”). Después hablaremos con el
presidente sobre RECURSOS para aparatos burocráticos. Ahhhh…. lo de la convergencia hacia IFRS (NIIF), es
demostrando argumentación sin delirio (Kant).
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"La capacidad, la competencia y la conducta al trabajar sobre información financiera global"
Me gusta su franqueza, me gusta su análisis, pero no lo veo extensivo y aplicativo en nuestra "profesión", a liderar una tabla de honorarios, una titulación universitaria con varios enfoques: 1. gestión contable, 2. aseguramiento y 3. asesoría o consultoria. Y en gestión contable con enfoques múltiples de aplicación a: microempresas, pymes y grandes.
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