Referencia: A propósito del Proyecto
de Ley 077 08 de Agosto 2.012 “Por lo
cual se dictan algunas disposiciones en materia contable, se le entregan unas
facultades al Gobierno Nacional para modificar la estructura de la Junta
Central de Contadores y se reforman algunos artículos de la ley 1314 de 2009 y
ley 43 de 1990”
Para: gabriel.zapata.correa@senado.gov.co
Respetado
senador:
Desde la perspectiva de un tratadista
critico sobre Contaduría Publica, el problema principal de
esta profesión en Colombia no es de Contabilidad, ni de Auditoría,
ni de Revisoría Fiscal; la profesión esta
muy bien preparada para estos menesteres. El problema no es de división por
castas ya que el mercado profesional y las competencias de cada contador son
las que deben marcar las calidades de los servicios profesionales. El problema
si es la desnaturalización que se le hace a cualquier reforma para
alimentar los apetitos de protagonismos desmedidos, los apetitos burocráticos
y a las ansias de poder de los no competentes. ¡Le tuercen el pescuezo a toda
ley!
El problema honorable senador es que
el insulto de los “importantes” acalla la argumentación, la autoridad de los “poderosos”
descoloca y excluye al opositor; y el adorno del farolero brilla más que la sabiduría
del competente. ¿A cuantos de estos le ha tocado atender últimamente?
Puedo esgrimir evidencias
concluyentes que un enfoque de reforma basado en liderazgo gremial fracasó, ya que
los líderes se convirtieron en literales zánganos; y durmiendo perezosos no estuvieron alerta
a la realidad de los negocios empresariales de hoy en día.
Mucho también se puede mostrar para
evidenciar que el enfoque académico para la
reforma también fracasó; por que muchos líderes académicos permanecieron conspirando
en el pasado contra las necesidades del estado, con idearios absurdos y
doctrinas productos de epifanías
Los empujadores fanáticos del enfoque
de mercado fracasaron por que se volvieron fundamentalistas y
no quisieron oír las críticas que venían desde dentro
de los mismos santuarios del mercado especulativo.
Hoy vemos con preocupación que parece
que esta triunfando el enfoque político-burocrático del ejecutivo de
turno que agobiado por sus compromisos internacionales y con sus declaradas carencias
de soportes técnicos adecuados, les cedió a “sabios” el poder de
indicar que hacer con la profesión de la Contaduría Publica.
Estos “sabios” entonces para cuidar
sus espaldas y para cuidar su excelente remuneración, se dejaron subyugar por los operadores de la
maquina de circulares del “sanedrín”, convirtiendo una actividad de estudio, análisis
y expedición de recomendaciones, en un
juego de conspiración para aparentar democracia, con conclusiones de “corta y
pega” en producción en serie alimentada por un gran apetito burocrático ¡Sin
asesores no hay normas!.
Miremos por favor a los consejeros
del CTCP con sus sabidas peleas públicas, su nulo aporte a la discusión técnica
y su temor a debatir en público. ¡Todo lo quieren en el email! Miremos la sincronización
de la representación pública de la JCCP con la corriente contradictoria al
talante de la representación pública del CTCP. ¿Qué nos sugiere esto?
Miremos el engreimiento de quienes
llegan a ostentar el poder de sancionar a los contadores de a pie y
no tocan ni con el pétalo de una rosa a los dueños de firmas medianas y grandes
que se pasean por el país sordos, mudos y testarudos ante el ambiente de corrupción
manifiesta; y contratando hasta lo no contratable. ¿Que concluimos?
Miremos el santoral donde
se conciben circulares, allí se enquistan los contadores que no demuestran
tener desempeño adecuado donde impera la competencia profesional colombiana. ¿Que
podemos hacer?
Miremos la academia de las múltiples
universidades donde se fabrican títulos de “contadores públicos” por el solo hecho de pasar sentados múltiples
horas catedras “dictadas” por colegas armados de PUCs. ¿Que hay que remediar?
Respetado senador, ¿como lograr tener
un Contador Público armado con suficientes conocimientos, experiencia y
competencia para prestar servicios de aseguramiento en entornos globales? ¿Como
formar contadores que expresen opiniones profesionales basadas en juicios de
principios y no por guías de reguladores?
Ya pasó el tiempo senador, donde los
"duros" eran los que adecuaban libros contables,
preparaban múltiples declaraciones tributarias a precios reducidos
y servían como garantes del cumplimiento de las
decisiones orgánicas en las empresas de familias actuando como
revisores fiscales de bolsillo.
Ya pasó también senador, el tiempo
donde los “duros” eran los que hacían vibrar a las masas de mansos contadores
sentados en cómodos cupos de convenciones caras, con sus discursos de “allí vine
el lobo”.
Llegó el tiempo senador, de la verdadera Contaduría; la
responsable de evaluar el control interno sobre a información financiera;
la que presta servicios profesionales en los cuatro niveles de aseguramiento de
información financiera: Compilación, Revisión, Auditoría y otros
aseguramiento de información financiera
para la toma de decisiones.
Ya tenemos muchos, pero muchos contadores senador, exitosamente prestando
servicios de gestión contable, asesorías tributarias y gerenciales en temas
contables, ¡vamos por el contador financiero!
Hagamos, honorable senador, algo
digno, algo que mire el verdadero problema; no repitamos la historia donde en
virtud de regulaciones insulsas y sin dientes, unos pocos salen premiados con
la potestad de darle la bendición a los muchos. ¡Todos a demostrar
competencias!
En la práctica senador, tenga
en cuenta que para llegar a ser Contador Publico hay que acreditar horas
de capacitación en disciplina contable, experiencia
en gestión contable o en prácticas de pruebas de auditoría bajo
la supervisión de profesionales idóneos. ¡Y pasar exámenes de certificación!
¿Entonces, que se debe hacer para
desde allí llegar a ser o líder gremial, académico, consejero del CTCP, miembro
de la JCCP o asesor técnico de los reguladores y supervisores, o profesor
universitario?
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"La capacidad, la competencia y la conducta al trabajar sobre información financiera global"
!Así se escribe!. Somos mas de 200.000 contadores certificados para aproximadamente 100.000 (6% del total) empresas pequeñas, medianas o grandes que requieren contabilidad formal con NIIF plenas o simplificadas. Somos garantes de fé publica del estado, porqué no nos reglamentan una tarifa obligatoria?
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