Una
cosa es procesar contabilidad a partir de los soportes de las actividades
comerciales, de la prestación de servicios y los de los procesos industriales, y otra es
administrar adecuadamente la gestión empresarial para que refleje datos
contables. En ambas opciones hay que preparar información financiera.
Ahora,
la información financiera se prepara basada en los datos contables que
representan fielmente las transacciones, eventos y condiciones. Esta preparación se puede hacer dejándose guiar
por los agrupamientos de cuentas de los planes de cuentas o guiándose por la
estructura propuesta en las taxonomías XBRL.
La
taxonomía XBRL de IFRS presenta unas agrupaciones de etiquetas llamadas
conceptos en bases de enlaces que pretenden ayudar a dibujar la presentación de
la información financiera con atributos predefinidos de orden, posición y cálculos
relacionados entre conceptos.
Los
productores de software pueden incorpora la tecnología de mapeo de la taxonomía
XBRL respectiva o darle un atributo de código para la presentación a cada código
de la codificación de soportes de los transacciones,
eventos y condiciones.
Todos
los saldos de cuentas codificados de maneras diferentes en las diferentes
contabilidades pueden tener efectos uniformes en la información financiera si
se mapean y etiquetan con los conceptos de la taxonomía respectiva.
Es
necesario alertar que no basta con redactar políticas contables sacadas del
sombrero, como lo están haciendo múltiples asesores de implementación NIIF.
Ninguno
de los dueños de los discursos ilustrados ni del consejo de “sabios” contables
(CTCP), ni el sanedrín de los reguladores (MCIT y MHCP), ni tampoco las Súper
10 quieren entender esto y andan derramando confusión y más miedos, tanto a los empresarios y a los contadores. Y ahora parece que los
actualizadores de contadores abandonaron la búsqueda de la verdad y la difusión
de los conceptos técnicos en favor de discursos de personajes elites.
Todos
de los discursos de “sabios” siguen remontándose a la “inteligente construcción”
de un documento denominado “direccionamiento estratégico” como si fueran a
competir con alguien, y a la hirsuta, lampiña y espuria producción de normalización técnica.
OH
Consejo Técnico de la Contaduría Pública (CTCP) donde reposan los “sabios” de Simón Gaviria guíanos
a la Babel contable en carrozas de proyectos de convergencias disfrazados en proyectos
de decretos de adopción irreflexiva. Oh Daniel, Gustavo y Gabriel (honorables
consejeros) muchas gracias por tan magnifica producción de “sabiduría” extrema.
Y bienvenida las quejas ante el JCCP por no sé qué cosa.
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"La capacidad, la competencia y la conducta al trabajar sobre información financiera global"
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