¿La contabilidad se hace más racional? ¿La preparación de información financiera hacia un arte narrativo? ¿El aseguramiento de información se hace más científico? ¿La fiscalización de sociedades es el nuevo reto?
El reconocimiento de hechos económicos dentro de los elementos de los estados financieros al nivel de transacciones comerciales puede hacerse con plena automatización de las técnicas de manejo de cuentas, de la doble partida y de la ecuación patrimonial. Tradicionalmente la movilización de estos conceptos y su uso como ayuda para la medición, la clasificación y su agregación se hizo hacia los libros de comercio, y se hizo con ayuda de la escritura en papel y logrando así la racionalización de la contabilidad.
Las transacciones comerciales disparan algunos eventos que requieren también un reconocimiento dentro de los elementos de los estados financieros. Es aquí donde los procedimientos contables para hacer mediciones se hacen más complejos y necesitan un nivel de aplicación de principios, reglas generales, reglas específicas, parámetros y excepciones.
Tanto las transacciones, como los eventos históricos de la actividad comercial son entonces estructurados en registros que utilizan la tecnología de bases de datos relacionales dándole características informáticas a las cuentas, a la partida doble y a la ecuación patrimonial. Estas nuevas características de los registros contables hacen que puedan contener más información que sus antecesores los manuscritos en libros manuales, garantizando así la disponibilidad de la totalidad de la información necesaria para suministrárselas a las partes interesadas; y para ello se utilizan diferentes tecnologías de visualización de informes.
Los libros contables entonces dejaron de ser un objeto compuesto de hojas encuadernadas para propósitos de lectura analítica; y se convirtieron en estructura de datos con capacidad de representarse a nivel de detalle o resumida en papel o en pantallas de computador. El nivel de detalle de los libros puede incluso mostrar la imagen de todos los soportes de las transacciones y los eventos de la actividad comercial.
La cuenta como estructura de datos participa en la creación dinámica de otras estructuras coherentes con la disciplina contable, estas otras estructuras de datos y su representación legible por humano pueden llamarse estado de cuentas, libros, estados financieros, reportes etc. Para la preparación de los estados financieros se necesita tener claro la estructura de los datos alojados en el artilugio cuenta, así como su relación con los elementos de los estados financieros y su dimensión temporal.
Esta nueva realidad implica que la razón de ser de los estados financieros deja de ser el de dar información histórica a los interesados sin acceso a los libros contables. Los interesados, entonces podrían no solo tener acceso a la totalidad de la información histórica incluidas las imágenes de los soportes, sino que podrían visualizar también en los mismos formatos de los estados financieros valores diferentes a los históricos y así facilitar la producción de juicios analíticos para la toma de decisión.
Cuando los estados financieros se adaptan para reconocer valores diferentes a los históricos, nacen nuevas reglas desarrollándose nuevos consensos hacia la producción de marcos normativos diferentes a los tradicionales y la regulación se abre a la innovación. Se aumenta la presión por reglas y procedimientos contables que caminen de la mano de la velocidad de las innovaciones de los negocios financieros. Toda esta nueva realidad hace más complejas las normas de presentación y divulgación de información, elevándose así también el nivel de profesionalismo esperado de los preparadores de información financiera y de los responsables del aseguramiento de la información.
Los reguladores piden más información explicativa adicional para facilitar la comprensión de la estructura de los estados financieros. Las normas de revelación de información se hace más abundante y la contabilidad en este aspecto se convierte en un arte narrativo.
Es posible que en Colombia el nivel académico de los egresados de Contaduría Pública está un poco alejado de las nuevas realidades; los dirigentes gremiales, disciplinares y técnicos están apenas captando estas realidades pero su reacción es muy discursiva y retórica. Nos falta abandonar las discusiones estériles sobre la preponderancia de creencias personales y tratar de sincronizar los esfuerzos colectivos hacia un perfil más integral del Contador profesional en lo disciplinar, e incentivando los niveles de discusión doctrinal, la lucha ideológica y los planteamientos filosóficos para los niveles adecuados del entendimiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deje su opinión sobre este articulo, ¡pero por favor no lo haga como anónimo!