Cada 100 pesos invertidos en los negocios debería generar un porcentaje de utilidad superior, en nivel discreto, a la tasa de captación de ahorro o de depósito a término. De esta utilidad se debe guardar para reposición de infraestructura, para dividendos y para pagar impuestos.
El sector bancario acorrala los 100 pesos del ejemplo y multiplica la disponibilidad de dinero sencillamente tomando cada 100 pesos que se deposita en sus arcas, y prestándolo innumerable veces.
Estas mismas figuras son disfrazadas como Activos (valor de mercado de capital) para que se presenten como objetos transables cuyos valores son aupados por los gritos de los especuladores y las expectativas inventadas por las mismas entidades cuando emiten reportes financieros.
En el mercado de valores se dan cotizaciones de estos, que muchas veces no tienen nada que ver con la salud financiera del ente contable en que se originan. Utilidades exorbitantes en las operaciones especulativas de este mercado, utilidades que muchas veces son superiores a las generadas por pirámides, presta diario, crédito prendario, empeños… etc.
El sector financiero ha inventado formas para prestar dinero a los poseedores de papeles cuyos derechos fueron disfrazados como Activo. Quien tenga un Activo así puede solicitar préstamos presentándolos como garantías.
Cuando alguien se da cuenta que se pierde la relación entre el valor fuente y el valor de especulación entonces viene la crisis. Pero las utilidades escandalosas, debidamente santiguada por el Estado, no se devuelven ya que este bendice las reglas económicas sobre las que se generaron que fueron inventadas por la elite financiera internacional.
Cuando el pueblo se da cuenta de esta situación injusta, que se le come sus ingresos en intereses altísimos por sus préstamos para vivienda , para estudio y para consumo anticipado, entonces traslada sus apetitos financieros a otras alternativas donde hay otros lobos escondidos.
Estos otros lobos se roban el IVA se retienen las retenciones y no pagan impuestos, ni aportes parafiscales, ni salud social, ni cotización para pensiones. Estos trasladan lógicamente mas ganancias a sus captaciones por que la remuneran con el producto del negocio, con el producto de la especulación y lo que se ahorran por su caminar por fuera de la regulación. Y como nadie los controla terminan agravando la situación al pueblo para cuando el Estado detiene sus flujos piramidales.
Un Contador Publico debidamente entrenado en su disciplina y con responsabilidades éticas pero debidamente blindado contra las presiones estomacales debería detectar y reportar todas las debilidades y riesgos de este entramado que conspira contra la familia, la sociedad, la transparencia de los negocios y los valores humanos.
Para aquellos que me consideran irrespetuoso y anti ético por decir todas estas cosas, les hago un llamado serio a la cordura, para que no me demanden ante la Junta Central de Contadores haciéndoles a esta perder el tiempo que mucho lo necesita para perseguir a los Contadores Corruptos.
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