Los contadores públicos son responsables disciplinariamente ante la junta central de contadores por lo que hagan (acción) o dejen de hacer (omisión). La junta central de contadores tiene unas funciones taxativas enumeradas en la Art. 20 L. 43/90, y exactamente en el numeral 1 le da atribuciones para actuar "sancionando en los términos de la ley a quienes violen" las disposiciones o normas legales del ejercicio de la profesión de contador público. La junta central de contadores debe también "hacer que se cumpla la normas sobre ética profesional" según el numeral 5 del Art. 20 L. 43/90.
La fe pública que otorga el contador público según el Art. 10 L. 43/90 es definida como "fe pública en materia contable" y esta es la que hace que se asimile a los contadores a funcionarios públicos "para efectos de las sanciones penales". Para dar fe pública debe hacer una "atestación o firma" pero "en los actos propios de su profesión" y el alcance debe ser si el acto en objeto de esta fe pública "se ajusta a los requisitos legales, lo mismo que a los estatutarios en el caso de personas jurídicas".
¿Cómo puede un contador "tratándose de balances" decir que "los saldos se han tomado fielmente de los libros" y que los libros "se ajustan a las normas legales"?. ¿Cómo puede también un contador hacer un juicio sobre si la "correspondiente situación financiera en la fecha del balance" está reflejada fidedignamente en los libros? ¿Cómo puede un contador público decir que la contabilidad se ajusta "al conjunto de conceptos básicos, y de reglas que deben ser observadas al registrar e informar contablemente"? ¿Cómo puede un contador público decir que los actos de los entes económicos, que tienen que ver con lo contable o con el objeto del ejercicio de la fiscalización que le ha impuesto la ley a la profesión, se ajustan a lo legal o estatutario?
Si las respuestas a las preguntas anteriores no son claras o hacen suponer que no se cuenta con orientaciones claras, entonces la fe pública que se ha dado y que se sigue dando tiene muchas grietas y esta expuestas a muchas críticas, juicios y hasta a consecuencias penales.
Si la respuesta a estas preguntas tiene que ver con las competencias entonces la academia contable ha fracasado. Si lo que se determina como respuesta es la orientación técnica entonces el consejo técnico ha fracasado. Si lo que se observa es ausencia de un sistema efectivo de la calidad profesional, entonces los reguladores han fallado. En todos los casos anteriores la junta central y los gremios tienen mucho que explicar.
Antes de refugiarme en mis "improductivos" discursos técnicos, había escrito una serie de artículos (también improductivos) que fijaban posiciones de avanzadas en cuanto la manera de hacer crítica fuerte pero respetuosa. Esta decisión personal fue motivada por la inapetencia de la profesión para discutir las ramificaciones de la crisis que vive está viviendo. Escribí sobre crisis gremial, regulativa, académica, orientativa; escribí sobre los rosco-gramas y sobre la falta de liderazgo técnico. También escribí sobre la crisis de credibilidad de nuestros históricos inspiradores ideológicos y políticos.
Actualmente estamos acompañando pasivamente sucesos del espacio-tiempo contable que nos llena de temores hacia el futuro de la profesión. Estos sucesos nos muestran un estado de orfandad en las orientaciones técnicas, en la presencialidad institucional, en el acompañamiento gremial y en la gestión académica.
Igualmente estamos viendo una masa significativa de contadores con algún grado de narcolepsia o con síndrome de Estocolmo por el secuestro intelectual a que han estado sometidos por los discursos pasionales, emotivos y carentes de análisis técnico.
Invitaciones a reunirnos alrededor de lo fundamental no funciona y muchos prefieren seguir defendiendo lo "estomacal", como la revisoría fiscal "papeluna" de 200 mil, las 12 rete-fuetes, cuatro declaraciones de iva y la declaración anual de imporenta más el monstruoso adefesio de los medios electrónicos para la vigilancia tributaria. ¿Porque seguir aupando los discursos llenos de citas de artículos, parágrafos y toda la referenciación memorística de nuestra colcha de retazos tributaria? ¿No hay nada fundamental que discutir que no se haya dicho en las múltiples reyertas canibalizantes de los omnipresentes adoctrinadores patrocinados por cuanto foro, encuentros, simposios se da en el país?
El mapa de la adopción de las IFRS se obscurece progresivamente desde el sur hacia el norte, desde el norte hacia el sur, desde el este hacia el oeste y viceversa, dejando puntos claros donde "no se va a adoptar nada patrocinado por entidades manejadas por los gringos". ¿Abrase visto?
Cuerpos técnicos, disciplinarios y gremiales desoyendo los consejos de expertos por no ser apacentadores de ovejas. Estos cuerpos a veces dirigidos por extraordinarios ejemplares de nuestra elite intelectual no consiguen insertarse en el espacio-tiempo de la profesión.
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