La contabilidad de costos (como la conocemos hoy) parece que nace cuando se hace aprovechamiento de la dinámica contable por parte de los ingenieros de la revolución industrial de USA para mantener el mayor de fábrica, y así posibilitar la acumulación de los costos indirectos, relacionarlos con la mano de obra directa registrada por el sistema de nómina, y también con el procesamiento de las cantidades de materias primas, insumos y productos registrados en los Kardex duales (cantidad-valor). El aprovechamiento de las técnicas del registro contable de doble entrada posibilitó así relacionar la información de las cantidades con sus valores identificables y con valores asignables a juicio de la administración.
Pero todo este nacimiento complejo de la contabilidad de costos ocurrió motivado por las necesidades particulares de valorizar los procesos de fabricación continuos o por órdenes de los clientes. Es así como la llamada contabilidad de costos en su tránsito hacia la contabilidad de gestión, se apropió de técnicas analíticas de apoyo a la decisión que han estado siempre distanciada de las normas reguladas por estándares de medición financiera.
La información y las distintas dimensiones que arrojó la manipulación de los datos en estructuras tabulares, permitió el nacimiento de toda una avalancha de métodos analíticos para usar la información en la toma de decisiones interna. Claro está, estos métodos que posibilitaron procedimientos de asignaciones de valores históricos a los productos, también pudieron ser usados para el problema de la valorización de los inventarios de cierre de periodos con fines de emisión de información financiera para los inversionistas y con fines tributarios.
Registros en el mayor de fábrica, técnicas de distribución de gastos no identificados directamente con el producto, creaciones de dimensiones analíticas de la información contable, asociación de los costos a los ingresos realizados y cálculo de valor de existencia final, hasta análisis microeconómicos lineales sencillos. Todo esto hoy lo conocemos como contabilidad de costos.
Existe una norma de contabilidad financiera internacional que menciona los costos con fines de medición de lo reconocido como activo (inventario) para su posterior traslado a gastos (costo de venta), pero que no prescribe ni la técnica del registro asociativo cantidad-valor, ni prescribe la técnica de distribución al producto de los diferentes elementos constitutivos del costo para efectos de decisiones de gestión de los negocios.
Hay escritos juiciosos sobre la perdida de relevancia de la contabilidad de costos tradicional. Y también florecen nuevas propuestas como ABC y TOC que no tienen compromisos con la representación financiera tradicional.
Entiendo que se podría decir, desde la "teoría del todo financiero", que es un exabrupto el mandato de no inclusión de la contabilidad de costos en las normas a considerar en el proceso prescrito por la llamada convergencia de normas.
Me parece muy interesante tu análisis frente a la contabilidad de costos dentro de las normas internacionales. Es cierto que los sistemas de costos crecieron paralelo a la acelerada evolución de los sistemas de producción, pero su reconocimiento no solo debemos de otorgárselo a Estados Unidos, sino también a Japón y mas a partir de los 80, en donde la industria japonesa aporto importantes modelos que luego fueron “etiquetados” por Estados Unidos como JAT.
ResponderEliminarCon respecto a las normas internacionales, creo que los costos tienen una incidencia muy importante dentro del tratamiento de la valoración de los intangibles en especial el capital intelectual dentro de la NIC9 que habla de la contabilización de las actividades de investigación y desarrollo.
Pregunto al foro:
¿Cuáles son los principales aportes de las normas internacionales con respecto a la valoración del capital intelectual?