La educación universitaria en Contaduría está en crisis no declarada. La crisis aparece cuando se le exige apresuradamente la integración de la docencia con la investigación y la extensión. Se hace más dramática, esta crisis, cuando se pretende tener contratados para la docencia a un mayoritario número de docentes con maestrías. Y se hace insoportable cuando el liderazgo contable en la academia abandona completamente lo disciplinar para sumergirse completamente en lo doctrinal y muchas veces en pulso político entre derechas e izquierdas extremas.
Investigar por investigar, investigar para divulgar esta intención, investigar sin articulación colectiva, investigar aceptando "copie y pegue", investigar sin plantear problemas a solucionar y sin conocer las políticas de ciencia y tecnología del país, investigar sin conocer el perfil de contadores que exige la sociedad y de los problemas que se supone solucione. Y sobre todo investigar con un profesor universitario tratando de completar las decorosas 48 horas laborales en varias universidades para así poder redondear unos cuantos millones ( dos, tres, cuatro, cinco..Cuantos?).
Las universidades están alocadamente enganchando contadores con rosarios de títulos de especializaciones y maestrías, conseguidos estos en postgrados de fin de semanas. La mayoría de estos colegas no tienen recorrido de impacto en el campo disciplinar. Abundan las Maestría en Tributaria, en Educación, en Administración de todo tipo, pero escasean en regulación contable comparada, en temas de globalización de auditoría y de control interno financiero; también escasean las maestrías en aplicación de TIC, de inteligencia artificial, redes neuronales para la predicción, el monitoreo y el aseguramiento. Sobre todo escasean maestrías investigativas sobre innovación educativa.
Promover el centrar la atención de la academia de contadores colombianos en el recorrido de algunos eméritos colegas que anteponen a toda actividad la intención de explicar las tendencias doctrinarias para el ejercicio de la actividad profesional es peligroso y podría representar un insulto al colectivo de investigación. El contador "de a pie", el común, el trabajador disciplinar, el que lucha por su día a día sin compromiso epistemológico, se le venden discursos profundos plagados de esfuerzos mas emocionales que de pensamiento crítico, para que acoja tesis soportadas por la autoridad de los recitadores. Este contador vive secuestrado intelectualmente y con "síndrome de Estocolmo" y cuando escucha los argumentos divergentes responde al contradictor con frases clichés como "enemigos de la profesión" y otros insultantes.
Relacionado con los contenidos temáticos a estudiar en las Universidades los cuerpos de orientación técnica de la profesión contable cuentan con colegas que en un esfuerzo mayúsculo han logrado sendos documentos que hablan de las mejores de sus intenciones, pero al proponérselo al país contable lo hacen sin sugerir que son documentos para guiar una discusión amplia, franca y sin prevenciones. Las defensas de las orientaciones y las orientaciones mismas no invitan a la argumentación tolerante. Siendo unos espectaculares documentos les falta esta invitación a que cada colombiano contador o interesado en la Contaduría, se pronuncie para así conseguir consensos. Aceptemos que existen dos posiciones doctrinales en Colombia con suficiente peso argumentativo ambas para dar una discusión juiciosa, sin acusaciones, sin epítetos, y con mucha tolerancia.
Los académicos que de una u otra forma no estamos de acuerdo o discrepamos en algunos apartes de los fundamentos doctrinales de las orientaciones profesionales también debemos solicitar muy respetuosamente ser oídos en las discusiones de las orientaciones y si somos derrotados en nuestras argumentaciones académicos, se nos permita adjuntar algún tipo de salvamento de voto en la aprobación final de las orientaciones. Debemos dejar de considerarnos grupitos de interés los unos por los otros, o al menos demostrarle a la opinión general que eso no es cierto, unos y otros queremos lo mejor para la profesión.
El interés personal individual en que triunfe una tendencia siempre va a existir: para algunos será académica, para otros será por negocios profesionales, para otros será por romanticismo filosófico. Pero evitemos que sea por roscograma o por tráfico de influencia o por intereses partidarios. Acordémonos que existen miles de estudiantes de Contaduría que están esperando que apliquemos currículos integrados por competencia, que los orientemos en el aprendizaje de lo disciplinar, la comprensión de lo doctrinal, que le demos ejemplos y los integremos en nuestras investigaciones, que los incentivemos para el uso de la tecnología, de la segunda y tercera lengua.
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